«Suave o blando no significa débil.
Estamos condicionados a endurecernos cuando entramos en una situación asociada a la incomodidad… Lo duro, sin embargo, no nos protege, sino que nos adormece y limita nuestras opciones.
Podemos hacernos la «tortuga dentro del caparazón» encogiéndonos y esperando a que pase el peligro… Podemos tensar los músculos intentando parecer más grandes de lo que somos – intimidando al enemigo… incluso atacándole y mordiéndole primero. Sin embargo, eso no demuestra tener los pies en la tierra. Para evitar el dolor o el peligro, nos abandonamos a nosotros mismos. Ese es el camino hacia la disociación. Además, nos exaltamos mucho y es muy probable que nos volvamos agresivos. Alguien saldrá herido.
La verdadera suavidad no es debilidad. Lo blando es elástico. La suavidad permite sentir, incluso cuando duele. Permite darse cuenta de lo que realmente está sucediendo ahora mismo. En la realidad, no en mi mente asustada.
La suavidad me permite enraizarme en mi corazón, no en mi caparazón. Al seguir sintiendo, doy paso a la compasión y empatía. Eso significa que aún existe la posibilidad de formar una unión y, por tanto, lograr un cambio.
Sé valiente: explora la cualidad de la suavidad.
¿Dónde puedes ablandarte en tu cuerpo, en tu vida, ahora mismo?»
Esta es la traducción al castellano por Margout del texto «Being brave by being soft» publicado por Natasha NawaTaNeko en su blog Somatics for Rope Bottoms. Puedes leer el texto original en inglés aquí. 🙂
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