«Si eres nuevo en el shibari y quieres explorarlo de una manera consciente y posiblemente evitar malas experiencias, ¿cómo lo haces? Aquí tienes mis mejores consejos para principiantes. 🙂
Piensa cuál es tu intención
Cuando conoces tu intención, es más fácil averiguar lo que quieres, lo que no quieres y con quién eres compatible.
Si aún no sabes cuál es tu intención, no te precipites, mejor: observa. Busca fotos/textos/vídeos, asiste a shibari jams y eventos, observa sesiones reales de shibari e intenta averiguar qué es compatible contigo. Y no solo cómo son las ataduras, sino también: ¿qué tipo de comunicación e interacción quieres? ¿Qué te excita?
Ve más despacio
Reduce la velocidad. Aprende cómo reacciona tu cuerpo a ataduras sencillas antes de aumentar la intensidad.
Define cuál es tu zona de confort (la cantidad de impacto que estás seguro de poder soportar) y comunícala como tu límite. Por ejemplo, esto me parece una idea razonable para una primera sesión: poco tiempo, 10-15 minutos; trabajo en el suelo, sin suspensión; partes del cuerpo: las piernas, nada que pase por el cuello, solo 1-2 cuerdas, sin amordazar la boca y sin vendar los ojos.
Ir despacio es una buena regla general. Siempre te pueden volver a atar, pero no podrás deshacer algo que era demasiado. Tómate tu tiempo para integrar la experiencia de ser atado en tu cuerpo, incluso unos días entre sesión y sesión. Sentirás cómo reaccionan tu cuerpo y tu mente a estas experiencias, qué sensaciones surgen después.
Aumenta la intensidad poco a poco, añadiendo solo una cosa «tediosa» o cerca de tu límite cada vez.
Participa en el proceso
Aprende desde el principio a participar en el proceso. Con esto no quiero decir que debas tomar el control de la sesión. Me refiero a que te expreses; expresar cómo te sientes, qué es lo que ocurre en tu interior: física y emocionalmente.
Desarrolla tu forma de expresarte según lo que te resulte natural, de modo que puedas mantener informado a tu rigger sobre cómo te encuentras, utilizando tu tono de voz, respiración, gemidos, movimientos… haciéndole saber cuándo estás cerca del límite. En general, si no estás presente en el proceso, corres el riesgo de que tu pareja de cuerdas haga demasiado o demasiado poco.
Desarrolla la presencia en tu cuerpo
Hay muchas razones por las que queremos estar presentes (en el sentido de Presencia) durante una sesión de shibari, entre ellas notar nuestro propio placer, sentir a nuestra pareja, desarrollar la comunicación entre los dos, así como velar por nuestra propia seguridad.
Reconocer los distintos tipos de señales corporales y saber cómo reacciona tu cuerpo a las cuerdas te permite juzgar por ti mismo lo urgente que es para ti un síntoma u otro; lo que es peligroso y lo que no.
Ten paciencia
Si tu pareja también es principiante y está empezando a atar, necesitará mucho de tu apoyo y paciencia. Cometer errores y hacer movimientos extraños forma parte del proceso de aprendizaje. Sé paciente contigo mismo y con la persona que te ata. La intimidad que se crea cuando se ata sin esfuerzo no es algo que surja de la noche a la mañana. Más bien, se consigue a medida que crecemos juntos con el tiempo, mostrándonos como nosotros mismos y apoyándonos mutuamente.
Asume tu papel
Si eres tú quien está atado, concéntrate en estar atado. Aunque te guste cambiar de rol. No intentes combinar los dos papeles. Concéntrate en lo que sientes y no intentes observar los nudos ni dar consejos a tu pareja. En otras palabras: ¡asume tu papel!
Nunca subestimes el efecto que las cuerdas tienen sobre ti.
Tómate un tiempo para descansar después de la clase o sesión. Puede que te sientas cansado y pesado, o drogado y aturdido, mareado, etc. Es muy importante cuidarse y ser considerado el uno con el otro después de esta experiencia, aunque no hayas hecho nada tan desafiante. A veces no somos conscientes inmediatamente de lo que nos ha provocado, pero podemos sentirlo más tarde. Esto es especialmente cierto en el caso de las personas atadas.
Es mejor tomarse tiempo para descansar e integrar la experiencia y volver lentamente a la conciencia plena antes de conducir o utilizar el transporte público.
Recuerda: ¡las cuerdas pueden ser muy poderosas!
Disfruta de tu camino en el shibari y mantente a salvo.»
Esta es la traducción al castellano por Margout del texto «Being brave by being soft» publicado por Natasha NawaTaNeko en su página web TokyoBound. Puedes leer el texto original en inglés aquí. 🙂
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